P. Antúnez
No es oro todo lo que reluce, ni mucho menos. Más bien todo lo contrario. Los interiores del estadio Ruta de la Plata están que se caen a pedazos.
Si el 1 de septiembre de 2002 el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y el alcalde de Zamora, Antonio Vázquez inauguraban a bombo y platillo el estadio del Zamora C. F., tan sólo tres años y medio después -aunque los desperfectos vienen de bastante más atrás- algunas zonas de los interiores y también otras de los exteriores dejan mucho que desear.
Las paredes están para un mÃrame y no me toques pues algunas de ellas, debido a la gran humedad existente, se han abombado hasta el punto de que los azulejos se sueltan si se les toca lo más mÃnimo o donde hay pintura están totalmente desconchadas como ocurre en el pasillo del vestuario local o en el servicio donde el médico Agapito Sánchez Vega tiene instalada la sala de reconomiento.
La casi totalidad de las ventanas existentes en la zona de oficinas y bar tienen grietas por las que entra el agua, como también entran por los bajos de la "Puerta 0" de acceso al campo y de la existente en la lavanderia donde estos últimos dÃas los empleados del club han tenido que poner unas toallas para evitar que el suelo se acabase encharcando.
Tampoco han funcionado excesivamente bien los desagües desde el primer momento pues hay dÃas que en la zona de la sala de prensa habrÃa que entrar con mascarillas debido al mal olor que hay en ella y sus alrededores.
Dándose uno una vuelta por el interior de la taquilla se comprueba que ésta la dejaron de la forma más simple posible, unas ventanitas, cuatro tablas mal puestas como mostrador y paren ustedes de contar; ni una triste mano de pintura en sus paredes.
Esto por lo que respecta a las "tripas" del Ruta de la Plata. Otras cosas que están más a la vista del público no parece que tengan sólo tres años y medio de vida.
Puertas del campo y banquillos de ambos equipos oxidados con el consiguiente peligro que lleva para quienes en ellos se sientan, paredes agrietadas alrededor del estadio, marcadores electrónicos que funcionaron el primer dÃa y poco más -incluso uno se llegó a caer aunque afortunadamente el incidente se produjo cuando no habÃa ningún aficionado en las gradas- y un largo etcétera de desperfectos hacen que una instalación que costó alrededor de 6.600.000 euros (unos mil cien millones de pesetas) esté pidiendo a voces un arreglo de arriba a abajo.
Un arreglo que también deberÃa extenderse a los dos campos anexos, sobre todo al de hierba artificial que tiene zonas abombadas por el agua. Si hay casas que son una ruina, el Ruta de la Plata es una de ellas.
Azulejos a punto de desprenderse en el vestuario del Zamora CF
LA OPINIÓN DE ZAMORA
